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Oh Esperanza de Israel, Salvador nuestro en tiempos de aflicción, ¿por qué nos tratas como si fueras un extraño, como forastero de paso que sólo se detiene una noche, indiferente a lo que pasa? ¿No tienes poder para salvarnos? ¡Oh Señor, tú estás aquí en nuestro medio, y nosotros nos identificamos con tu nombre, como pueblo tuyo se nos conoce! ¡Oh Señor, no nos abandones ahora!

10 Pero el Señor responde: Se complacieron en alejarse de mí y no han procurado seguir las sendas que les señalé. Ahora ya no los aceptaré como pueblo mío, ahora recordaré todo el mal que han hecho, y castigaré sus pecados.

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